Hace unos días una amiga me llama por teléfono y como siempre aparte de decirme hola como has estado, yo le respondí: “feliz”, a lo que ella me dijo: ¿perdón, como dijiste? Dije, que estoy feliz, respondí. Se produjo un silencio durante unos 15 segundos al otro lado del teléfono y a continuación me increpa diciendo: ¡Como puedes estar feliz con todo lo que ha pasado, acabamos de tener un terremoto, mucha gente quedo sin casa y en la calle, otros tantos han muerto y tú me dices que estas feliz!, yo creo que a ti algo te pasa en la cabeza “hazte ver”.
En otra oportunidad, a raíz de una conversación con un grupo de personas que habían asistido a una de mis charlas, alguien dijo: “hablas tan lindo de tu señora que no me cabe la menor duda de que ella te hace muy feliz”, acto seguido yo respondí: No, ella no me hace feliz para nada”, mi interlocutor quedo atónito y con una expresión de sorpresa que no podía ocultar su asombro por mi respuesta.
Estos dos eventos han hacho que me pregunte: ¿Qué es lo que hace que los chilenos sean tan apagados, sean tan graves y anden siempre con una expresión de circunstancia agravante, en la cara?
Será que ser graves es parte de la seriedad y la adultez de un país muy poco consciente de lo que le sucede y que aparentar actitudes supuestamente serias le da el carácter de un país del primer mundo, pero que en su realidad más profunda no le alcanza ni para el tercero.
Da la impresión de que todos están convencidos de que su felicidad depende absolutamente de lo que ocurre a su alrededor, de lo que hace o no hace el otro, de lo que dice o no dice el que esta mas allá, de lo que le pasa o no le pasa al que está al lado, en fin están absolutamente orientados hacia fuera de sí mismos y reaccionan en virtud de lo que ocurre en su entorno externo. Las parejas viven y basan su felicidad, que si me ama o no me ama mi marido o mi pololo, si me engaña o no me engaña, si se ve con su ex o no lo hace. Todas sus respuestas emocionales son desde el efecto de lo que está pasando en su alrededor y evidentemente se han olvidado por completo de lo que ocurre en su corazón, en su interior, en el fondo de su cabeza. Me queda claro que siempre será más cómodo reaccionar y culpar al entorno de lo que nos ocurre, siempre será más fácil buscar un culpable para no asumir la responsabilidad de lo que somos y lo que acontece en nuestro corazón.
Alguien, hace mucho tiempo dijo: “lo más aterrador para un ser humano, es mirar y hacerse cargo de lo que ocurre dentro de el”. Estoy absolutamente convencido de esa verdad.
Sin embargo, la felicidad, ansiada, buscada por muchos y conquistada por pocos, es también algo de lo que nos han convencido, que debemos buscar, como si fuera algo externo al ser humano, como si fuera algo extraño al espíritu de las personas. Como si fuese algo que no está dentro de las personas.
Si hasta se hacen bromas con eso, quien no ha escuchado alguna vez: ¿Hola como estas? Y el otro responde: ¡Bien, pero se me va a pasar! Es como si consideráramos que el bienestar, el estar tranquilos, alegres, contentos, fuese un bien escaso en la realidad humana.
Entonces, ¿como hacemos para aprender a generar nuestra propia alegría, para empezar a generar un tipo de felicidad que sea auto sustentable y que no dependa de los demás, o de las circunstancias que ocurren a nuestro alrededor?
Los caminos pueden ser coloridos y variados, largos o complejos, oscuros o iluminados. Todo dependerá de lo que deseen recorrer. Dependerá de que tan dispuestos estemos para abordarnos a nosotros mimos. Sin embargo existen patrones de acciones que pueden ser compatibles con muchos. Como por ejemplo, aprender a observar nuestras antiguas rencillas con nosotros mismos, con amigos de la infancia, con nuestros familiares. Debemos aprender a observar esas rencillas que se produjeron cuando alguno de nuestros padres no hizo lo que pensamos que debía hacer un padre, o se comporto de forma inesperada.
Cuando dejemos de juzgar, criticar o evaluar lo que otros hicieron, no hicieron o como lo hicieron, suavemente comenzamos a establecre una relación con nuestro ser interior y con nostros mismos, y cuando nos enfocamos en el entorno,se nos olvida que nos convertimos en todo aquello que criticamos o enjuiciamos y que mientras más lo hacemos, mas nos hundimos en nuestra propia negatividad, tontera y gravedad. Debido a que también olvidamos que creamos la realidad con aquello que pensamos y es eso lo que experimentamos en la vida diaria.
Por lo tanto, mientras más enfocados estamos en el entorno más nos convertimos en ello y nos alejamos cada vez más de lo que realmente somos.
Cuando estamos enfocados en nosotros mismos, en nuestros corazones, en nuestros objetivos, en nuestros sueños en lo que deseamos para nosotros de la vida, poco a poco comenzamos a establecer ese lazo interior que nos lleva a ir descubriendo que somos merecedores a lo menos de nuestro propio respeto, por lo que somos y también por lo que ya no somos, que no necesitas sentirte importante porque eres importante para otros, si no que debemos comprender que somos importantes por naturaleza como lo es todo ser vivo en este planeta, que a la primera persona que debemos admirar es a nosotros mismos tan solo por el hecho de tener la edad que tenemos y aun estamos vivos.
Cada cual será más feliz cuando se decida a alejarse del pasado y liberarse de rencores, envidias y frustraciones que nada tienen que ver con el presente que vive cada cual y que si tomamos conciencia, para muchos el presente es bastante más tranquilo y en paz que hace un tiempo.
Poco se dan cuenta de que despertar en la mañana en estos días ya es un milagro digno de agradecer y sentirnos felices, por lo que somos y sencillamente porque tenemos otro día para hacer lo que debamos hacer, en nuestros trabajos o cumplir con algún compromiso que programamos con anterioridad, o sencillamente para hacer lo que queremos hacer.
Muchos reclaman: es que mi marido me hace sentir humillada, mi esposa me manipula, mi hijo se droga con sus amigos, que la bencina subió 60 pesos, que el gobierno no hace lo que prometió, etc., etc., etc.
La pregunta es: ¿Hasta cuándo seguiremos pensando que para ser felices, es el otro, el que tiene que cambiar? ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo que el gobierno nos tiene que solucionar la vida? ¿Hasta cuándo seguiremos pensando que nuestras esposas son las que nos deben ordenar la casa, lavar nuestra ropa, criar nuestros hijos y además ser las candentes amantes, cada vez que nos metemos en la cama con ellas?
Que me perdonen mis congéneres masculinos, pero creo que la época de los mamones, machistas de medio pelo, pasados de vivitos, ya está terminando, así como la época de las mujercitas machistas que viven esperando que el marido les solucione la vida y que no se atreven a decirles lo que les molesta y prefieren pasar el día empestilladas, haciendo del "rivotril", el pan nuestro de cada día, con el único fin de no perder el suplemento económico de la chequera y la 4x4 que el marido machistamente le ha proporcionado para demostrarle su hombría y su capacidad de proveer.
Eso es precisamente lo que ha hecho que nuestro país sea un país solo de apariencias y muy poca realidad creíble y que cuando se produce un acto normal de la naturaleza como un terremoto, entonces salen a las calles golpeándose el pecho y pidiendo perdón a todos los santos, sintiendo por primera vez que su vida no es más que un suspiro entre un edificio o una casa que se cae y vivir para contarla.
Por tanto, la felicidad auto sustentable, es aquella que emana de la conciencia del vivir absolutamente en el presente, de tener conciencia de que despertar por las mañanas y ver a nuestros hijos abriendo sus ojos para ir al colegio, algunos con sueño, otros con susto aun por las replicas sucedidas en la noche, pero vivos, es realmente un milagro de la vida y podemos estar felices por eso.
Por tanto, ver el sol, el verde los árboles, escuchar un pájaro en medio de la ciudad, abrirnos al primer frió del invierno y saber que mañana será una nueva oportunidad para amar y querer lo que somos a partir de la conciencia de que el pasado ya no existe y que el día de ayer ya no tiene nada que ver con el de hoy. Entonces podemos abrirnos a la felicidad que nace desde el interior de nuestro corazón. Porque esa felicidad no depende de otros, ni de las circunstancias de la naturaleza. Si no que solo de nuestra disposición a ser felices, tal cual la noche se dispone al día, el invierno a la primavera, la vida a ser vivida.
Mi esposa, no me hace feliz, para nada. Yo soy feliz y mi felicidad no depende de ella y como somos felices somos capaces de compartir eso con el otro, sin esperar que el otro cambie, o haga algo para que nosotros seamos felices en nuestras vidas. Eso es la felicidad auto-sustentable.
Debemos aprender a ser lo más importante que exista en este mundo, para cada uno de nosotros, porque delo contrario, nadie puede darnos la importancia que merecemos, ni tampoco podremos enseñar a nuestros hijos a ser importantes en este mundo.
Dentro de ese nivel de importancia, aprender a respetar lo que somos, porque nadie puede respetarnos como merecemos si nosotros no hemos aprendido a respetarnos. Y ¿como aprendemos a respetarnos? Aprendiendo a respetar nuestros propios acuerdos con nosotros mismos, en otras palabras respetar lo que acordamos hacer con nosotros mismos. Ej.: Si un día decidimos no ducharnos o no almorzar, debemos ser capaces de cumplir con esos pequeños acuerdos y respetar lo que somos, delo contrario seguiremos ansiosos de significar algo para alguien. Y seguiremos divididos de nuestro interior, de nuestro espíritu.
Dentro de ese nivel de importancia y respeto, debemos aprender a cuidar lo que somos, y eso, no solo significa mirar para ambos lados de la calle cuando la cruzamos, si no, que significa aprender a sacarnos de los lugares en donde no nos sentimos bien, ya sea con las personas o con el ambiente, significa a prender a terminar relaciones nocivas con personas que se llevan nuestras vidas y nuestro amor, significa aprender a llevarnos a los lugares en donde nos sentimos muy bien y con las personas que deseamos estar. Si no aprendemos a cuidarnos, nadie nos puede cuidar y tampoco podríamos cuidar de otros.
Y por último, mínimamente aprender a amar lo que somos, debido a que nadie puede amarnos como esperamos ser amados. Y si no hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos, tampoco podremos amar a otros y menos podremos enseñarle a nuestros hijos a amarse.
Cuando hemos resuelto, estos tres niveles de conciencia, en la vida práctica de todos los días, y lo hacemos una forma de vida, empezaremos a generar un tipo de felicidad que no dependerá de nadie, ni de nada. Las religiones, las estructuras políticas y socio-culturales creadas por nosotros mismos, han sido la más brutal mutilación de nuestra felicidad. Han sido la daga que nos ha separado de nuestra verdadera esencia, de nuestro espíritu, de nuestra fuente interior y de nuestro ser cristico, todo poderoso y eterno que habita en el interior de nuestro corazón.
El miedo infundido por las estructuras establecidas a nivel de todos los gobiernos del mundo y sus secuaces las religiones, organizaciones transnacionales, sindicatos y demases han hecho que los seres humanos vivan atemorizados, con miedo constante a no ser bellos, a ser rechazados, a no tener trabajo, dinero, amor. A no ser lo suficientemente inteligente, a enfermarnos, miedo a morir ya ser castigados por un Dios todo poderoso, que te enviara a los mil infiernos si no cumples con sus leyes...pero que te ama y necesita tu dinero, mucho dinero.
Si tienen, el valor de aprender a amarse, respetarse y cuidarse, entonces comenzara el flujo de una alegría sustentada en la realidad de lo que son y no de lo que otros desean que seas.
Por ese motivo debemos confiar en nuestro corazón, en nuestros deseos, en nuestros objetivos. Para que así, podamos estar en este plano y en esta dimensión, tranquilos, contentos, alegres, felices y saber que nuestra alegría de estar vivos, o de vivir es absolutamente autosustentable, con la conciencia de que no depende de nada, ni de nadie.
"Ser feliz auto sustentablemente, solo depende de ti y de atreverte a generar tu propio suministro de felicidad. Pronto otros aprenderán y te seguirán, el planeta que nos acoge, el planeta agua, puede ser un lugar de paz, alegría y armonía autosustentable".
Felicidad y alegría para todos
Gonzalo Guzmán Ponce.
En otra oportunidad, a raíz de una conversación con un grupo de personas que habían asistido a una de mis charlas, alguien dijo: “hablas tan lindo de tu señora que no me cabe la menor duda de que ella te hace muy feliz”, acto seguido yo respondí: No, ella no me hace feliz para nada”, mi interlocutor quedo atónito y con una expresión de sorpresa que no podía ocultar su asombro por mi respuesta.
Estos dos eventos han hacho que me pregunte: ¿Qué es lo que hace que los chilenos sean tan apagados, sean tan graves y anden siempre con una expresión de circunstancia agravante, en la cara?
Será que ser graves es parte de la seriedad y la adultez de un país muy poco consciente de lo que le sucede y que aparentar actitudes supuestamente serias le da el carácter de un país del primer mundo, pero que en su realidad más profunda no le alcanza ni para el tercero.
Da la impresión de que todos están convencidos de que su felicidad depende absolutamente de lo que ocurre a su alrededor, de lo que hace o no hace el otro, de lo que dice o no dice el que esta mas allá, de lo que le pasa o no le pasa al que está al lado, en fin están absolutamente orientados hacia fuera de sí mismos y reaccionan en virtud de lo que ocurre en su entorno externo. Las parejas viven y basan su felicidad, que si me ama o no me ama mi marido o mi pololo, si me engaña o no me engaña, si se ve con su ex o no lo hace. Todas sus respuestas emocionales son desde el efecto de lo que está pasando en su alrededor y evidentemente se han olvidado por completo de lo que ocurre en su corazón, en su interior, en el fondo de su cabeza. Me queda claro que siempre será más cómodo reaccionar y culpar al entorno de lo que nos ocurre, siempre será más fácil buscar un culpable para no asumir la responsabilidad de lo que somos y lo que acontece en nuestro corazón.
Alguien, hace mucho tiempo dijo: “lo más aterrador para un ser humano, es mirar y hacerse cargo de lo que ocurre dentro de el”. Estoy absolutamente convencido de esa verdad.
Sin embargo, la felicidad, ansiada, buscada por muchos y conquistada por pocos, es también algo de lo que nos han convencido, que debemos buscar, como si fuera algo externo al ser humano, como si fuera algo extraño al espíritu de las personas. Como si fuese algo que no está dentro de las personas.
Si hasta se hacen bromas con eso, quien no ha escuchado alguna vez: ¿Hola como estas? Y el otro responde: ¡Bien, pero se me va a pasar! Es como si consideráramos que el bienestar, el estar tranquilos, alegres, contentos, fuese un bien escaso en la realidad humana.
Entonces, ¿como hacemos para aprender a generar nuestra propia alegría, para empezar a generar un tipo de felicidad que sea auto sustentable y que no dependa de los demás, o de las circunstancias que ocurren a nuestro alrededor?
Los caminos pueden ser coloridos y variados, largos o complejos, oscuros o iluminados. Todo dependerá de lo que deseen recorrer. Dependerá de que tan dispuestos estemos para abordarnos a nosotros mimos. Sin embargo existen patrones de acciones que pueden ser compatibles con muchos. Como por ejemplo, aprender a observar nuestras antiguas rencillas con nosotros mismos, con amigos de la infancia, con nuestros familiares. Debemos aprender a observar esas rencillas que se produjeron cuando alguno de nuestros padres no hizo lo que pensamos que debía hacer un padre, o se comporto de forma inesperada.
Cuando dejemos de juzgar, criticar o evaluar lo que otros hicieron, no hicieron o como lo hicieron, suavemente comenzamos a establecre una relación con nuestro ser interior y con nostros mismos, y cuando nos enfocamos en el entorno,se nos olvida que nos convertimos en todo aquello que criticamos o enjuiciamos y que mientras más lo hacemos, mas nos hundimos en nuestra propia negatividad, tontera y gravedad. Debido a que también olvidamos que creamos la realidad con aquello que pensamos y es eso lo que experimentamos en la vida diaria.
Por lo tanto, mientras más enfocados estamos en el entorno más nos convertimos en ello y nos alejamos cada vez más de lo que realmente somos.
Cuando estamos enfocados en nosotros mismos, en nuestros corazones, en nuestros objetivos, en nuestros sueños en lo que deseamos para nosotros de la vida, poco a poco comenzamos a establecer ese lazo interior que nos lleva a ir descubriendo que somos merecedores a lo menos de nuestro propio respeto, por lo que somos y también por lo que ya no somos, que no necesitas sentirte importante porque eres importante para otros, si no que debemos comprender que somos importantes por naturaleza como lo es todo ser vivo en este planeta, que a la primera persona que debemos admirar es a nosotros mismos tan solo por el hecho de tener la edad que tenemos y aun estamos vivos.
Cada cual será más feliz cuando se decida a alejarse del pasado y liberarse de rencores, envidias y frustraciones que nada tienen que ver con el presente que vive cada cual y que si tomamos conciencia, para muchos el presente es bastante más tranquilo y en paz que hace un tiempo.
Poco se dan cuenta de que despertar en la mañana en estos días ya es un milagro digno de agradecer y sentirnos felices, por lo que somos y sencillamente porque tenemos otro día para hacer lo que debamos hacer, en nuestros trabajos o cumplir con algún compromiso que programamos con anterioridad, o sencillamente para hacer lo que queremos hacer.
Muchos reclaman: es que mi marido me hace sentir humillada, mi esposa me manipula, mi hijo se droga con sus amigos, que la bencina subió 60 pesos, que el gobierno no hace lo que prometió, etc., etc., etc.
La pregunta es: ¿Hasta cuándo seguiremos pensando que para ser felices, es el otro, el que tiene que cambiar? ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo que el gobierno nos tiene que solucionar la vida? ¿Hasta cuándo seguiremos pensando que nuestras esposas son las que nos deben ordenar la casa, lavar nuestra ropa, criar nuestros hijos y además ser las candentes amantes, cada vez que nos metemos en la cama con ellas?
Que me perdonen mis congéneres masculinos, pero creo que la época de los mamones, machistas de medio pelo, pasados de vivitos, ya está terminando, así como la época de las mujercitas machistas que viven esperando que el marido les solucione la vida y que no se atreven a decirles lo que les molesta y prefieren pasar el día empestilladas, haciendo del "rivotril", el pan nuestro de cada día, con el único fin de no perder el suplemento económico de la chequera y la 4x4 que el marido machistamente le ha proporcionado para demostrarle su hombría y su capacidad de proveer.
Eso es precisamente lo que ha hecho que nuestro país sea un país solo de apariencias y muy poca realidad creíble y que cuando se produce un acto normal de la naturaleza como un terremoto, entonces salen a las calles golpeándose el pecho y pidiendo perdón a todos los santos, sintiendo por primera vez que su vida no es más que un suspiro entre un edificio o una casa que se cae y vivir para contarla.
Por tanto, la felicidad auto sustentable, es aquella que emana de la conciencia del vivir absolutamente en el presente, de tener conciencia de que despertar por las mañanas y ver a nuestros hijos abriendo sus ojos para ir al colegio, algunos con sueño, otros con susto aun por las replicas sucedidas en la noche, pero vivos, es realmente un milagro de la vida y podemos estar felices por eso.
Por tanto, ver el sol, el verde los árboles, escuchar un pájaro en medio de la ciudad, abrirnos al primer frió del invierno y saber que mañana será una nueva oportunidad para amar y querer lo que somos a partir de la conciencia de que el pasado ya no existe y que el día de ayer ya no tiene nada que ver con el de hoy. Entonces podemos abrirnos a la felicidad que nace desde el interior de nuestro corazón. Porque esa felicidad no depende de otros, ni de las circunstancias de la naturaleza. Si no que solo de nuestra disposición a ser felices, tal cual la noche se dispone al día, el invierno a la primavera, la vida a ser vivida.
Mi esposa, no me hace feliz, para nada. Yo soy feliz y mi felicidad no depende de ella y como somos felices somos capaces de compartir eso con el otro, sin esperar que el otro cambie, o haga algo para que nosotros seamos felices en nuestras vidas. Eso es la felicidad auto-sustentable.
Debemos aprender a ser lo más importante que exista en este mundo, para cada uno de nosotros, porque delo contrario, nadie puede darnos la importancia que merecemos, ni tampoco podremos enseñar a nuestros hijos a ser importantes en este mundo.
Dentro de ese nivel de importancia, aprender a respetar lo que somos, porque nadie puede respetarnos como merecemos si nosotros no hemos aprendido a respetarnos. Y ¿como aprendemos a respetarnos? Aprendiendo a respetar nuestros propios acuerdos con nosotros mismos, en otras palabras respetar lo que acordamos hacer con nosotros mismos. Ej.: Si un día decidimos no ducharnos o no almorzar, debemos ser capaces de cumplir con esos pequeños acuerdos y respetar lo que somos, delo contrario seguiremos ansiosos de significar algo para alguien. Y seguiremos divididos de nuestro interior, de nuestro espíritu.
Dentro de ese nivel de importancia y respeto, debemos aprender a cuidar lo que somos, y eso, no solo significa mirar para ambos lados de la calle cuando la cruzamos, si no, que significa aprender a sacarnos de los lugares en donde no nos sentimos bien, ya sea con las personas o con el ambiente, significa a prender a terminar relaciones nocivas con personas que se llevan nuestras vidas y nuestro amor, significa aprender a llevarnos a los lugares en donde nos sentimos muy bien y con las personas que deseamos estar. Si no aprendemos a cuidarnos, nadie nos puede cuidar y tampoco podríamos cuidar de otros.
Y por último, mínimamente aprender a amar lo que somos, debido a que nadie puede amarnos como esperamos ser amados. Y si no hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos, tampoco podremos amar a otros y menos podremos enseñarle a nuestros hijos a amarse.
Cuando hemos resuelto, estos tres niveles de conciencia, en la vida práctica de todos los días, y lo hacemos una forma de vida, empezaremos a generar un tipo de felicidad que no dependerá de nadie, ni de nada. Las religiones, las estructuras políticas y socio-culturales creadas por nosotros mismos, han sido la más brutal mutilación de nuestra felicidad. Han sido la daga que nos ha separado de nuestra verdadera esencia, de nuestro espíritu, de nuestra fuente interior y de nuestro ser cristico, todo poderoso y eterno que habita en el interior de nuestro corazón.
El miedo infundido por las estructuras establecidas a nivel de todos los gobiernos del mundo y sus secuaces las religiones, organizaciones transnacionales, sindicatos y demases han hecho que los seres humanos vivan atemorizados, con miedo constante a no ser bellos, a ser rechazados, a no tener trabajo, dinero, amor. A no ser lo suficientemente inteligente, a enfermarnos, miedo a morir ya ser castigados por un Dios todo poderoso, que te enviara a los mil infiernos si no cumples con sus leyes...pero que te ama y necesita tu dinero, mucho dinero.
Si tienen, el valor de aprender a amarse, respetarse y cuidarse, entonces comenzara el flujo de una alegría sustentada en la realidad de lo que son y no de lo que otros desean que seas.
Por ese motivo debemos confiar en nuestro corazón, en nuestros deseos, en nuestros objetivos. Para que así, podamos estar en este plano y en esta dimensión, tranquilos, contentos, alegres, felices y saber que nuestra alegría de estar vivos, o de vivir es absolutamente autosustentable, con la conciencia de que no depende de nada, ni de nadie.
"Ser feliz auto sustentablemente, solo depende de ti y de atreverte a generar tu propio suministro de felicidad. Pronto otros aprenderán y te seguirán, el planeta que nos acoge, el planeta agua, puede ser un lugar de paz, alegría y armonía autosustentable".
Felicidad y alegría para todos
Gonzalo Guzmán Ponce.
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